miércoles, 26 de marzo de 2014

Una bonita sonrisa es síntoma de buena salud

De todos es sabido que la clave de una sonrisa bonita son unos dientes sanos. Cuidarlos y protegerlos es una de las reglas básicas de la higiene diaria, pero a menudo no se realiza de forma correcta. Sorprende que a estas alturas existan tantas personas en España que no se cepillan los dientes, no sólo 3 veces al día, sino ninguna. El no hacer de la limpieza bucal un acto cotidiano pasará factura tarde o temprano, puesto que para evitar problemas de caries, gingivitis, halitosis y muchos otros, es esencial mantener una correcta higiene bucal, desde la erupción del primer diente y durante toda la vida.

En el post de hoy te descubrimos algunos tips importantes para mantener una boca sana.

La importancia de llevar a cabo una higiene bucal completa después de cada comida es evidente, pues es la única forma de mantener lejos de nosotros problemas como caries, gingivitis, sensibilidad dental o halitosis, todos ellos derivados en parte de una higiene dental insuficiente.

Podemos destacar algunos elementos básicos para llevar a cabo una buena higiene oral, cuya forma de uso y características iremos comentando a continuación:

- DENTÍFRICO
Los dentífricos pueden tener textura de pasta, o gel con un efecto más refrescante. La elección de una pasta dental u otra radica en el efecto que persigamos o la patología que presentemos. Por ejemplo, cepillarte los dientes diariamente con un dentífrico que contenga flúor te ayudará a conseguir un efecto preventivo contra la caries y la placa dental.
Como norma general, es mejor utilizar poca pasta de dientes en cada cepillado, ya que algunos dentífricos contienen en su formulación agentes abrasivos que pueden ser demasiado fuertes para las personas que sufran de sensibilidad dental.

- COLUTORIO
En toda higiene bucal, es fundamental el uso del colutorio. No hablamos de un complemento de higiene, sino de un paso de igual importancia. Hay varios tipos de colutorio y cada uno presenta distinta función.
Los colutorios o productos para el enjuague bucal son una solución para después del cepillado de los dientes cuya acción es eliminar el resto de bacterias que el cepillado no ha eliminado.
Hay varios tipos de colutorios en el mercado, desde los que combaten la halitosis, hasta los anticaries o de tratamiento. En todos ellos encontramos sustancias desinfectantes que producen la asepsia de la boca.
Lo ideal es utilizar un colutorio no alcohólico, que contenga sustancias para higienizar la boca, la lengua y toda la cavidad bucal.

- CEPILLO DENTAL
No sólo es importante el dentífrico sino que también lo es el tipo de cepillo que utilices. Existen diferentes tipos de cepillos: con filamentos de dureza fuerte, media, suave… así como cepillos específicos para ortodoncias o encías sensibles, y cepillos eléctricos que permiten eliminar con mayor eficacia la placa bacteriana.
Para contribuir a una buena salud bucal, el cepillo de dientes eléctrico es el aliado perfecto porque permite eliminar más placa que los cepillos manuales realizando muchos más movimientos por minuto y llegando mejor a los espacios interdentales. Dentro de los cepillos eléctricos, puedes escoger el tipo de cabezal que necesites en cada situación. Igual que para los cepillos manuales, existen cabezales para gingivitis, ortodoncia, …
Recuerda que los cepillos deben cambiarse cada tres meses, porque la humedad hace que alberguen bacterias o incluso proliferen hongos, al tiempo que las cerdas van perdiendo sus  propiedades y efectividad. En el caso de los eléctricos, sólo necesitamos reemplazar el cabezal.

- CINTA O SEDA DENTAL
En los espacios interdentales o en la parte posterior de las muelas, por ser zonas de difícil acceso, pueden quedar restos de comida que desencadenen a largo plazo problemas como caries o gingivitis. Siempre que te sea posible, utiliza hilo dental y después enjuaga tu boca con un colutorio para una higiene más completa. Para llegar donde el cepillo no llega, como es el espacio entre dientes, es recomendable usar hilo dental una vez al día.
Si hay poco espacio entre los dientes, lo mejor es usar la seda dental: corta unos 50 cm,  enrollándola en el dedo medio de una mano. A medida que se vaya utilizando se irá enrollando en el dedo de la mano opuesta. La vamos insertando entre los dientes realizando un suave movimiento de sierra.

- CEPILLO INTERPROXIMAL
Cuando hay mayor espacio entre los dientes se recomiendan los cepillos interproximales. Los hay de distintas formas y tamaños para escoger el que mejor se adapte a nuestros espacios interdentales. Introduce el cepillo en el espacio sin hacerlo girar, frotando las partes laterales de los dientes.

- LIMPIADOR LINGUAL
Límpiate la lengua  con un raspador que elimine la placa presente en ella y refresque tu aliento cada mañana. Una razón importante del mal aliento es la acumulación de bacterias en la lengua, que un raspado diario puede ayudar a eliminar. Varios expertos aseguran que usar un raspador de lengua es más efectivo que realizar este cepillado con el cepillo dental.
Para usar correctamente el limpiador lingual, hay que limpiar en primer lugar la parte central de la lengua con la cara saliente arrastrándolo de dentro hacia fuera. Tras aclararlo con agua, limpiar los laterales de la lengua con la parte lisa. Termina con un enjuague suave.


El ritual del cepillado también es muy importante, y no es correcto hacerlo solamente cuando nos acordamos y de forma apresurada.
Cepíllate la boca al menos 3 veces al día: es especialmente importante después de las principales comidas del día y antes de acostarse. 2/3 minutos limpiando la zona interna y externa es suficiente para el cepillado. La mejor forma de cepillarse es colocar el cepillo en un ángulo de 45 grados contra las encías y moverlo suavemente en un movimiento circular, en lugar de un movimiento hacia atrás y hacia adelante. No por cepillarse con fuerza eliminamos mejor la placa dental.
Al menos una vez al día, por ejemplo antes de acostarnos, debemos realizar la limpieza del espacio interdental, utilizando cepillos interproximales y sedas o cintas dentales.

Como indicábamos anteriormente, podemos elegir gran diversidad de productos para mantener una adecuada higiene bucal. Si tu boca está sana, puedes usar pastas y enjuagues ricos en flúor, con efecto anticaries. Sin embargo, si tienes problemas bucales como gingivitis, halitosis o sensibilidad dental debes optar por productos específicos para cada situación.

Un mal cuidado de tu higiene bucodental puede favorecer la aparición de sensibilidad dental, la sensación dolorosa que se produce después de ingerir alimentos muy fríos o calientes. Cuando esto ocurra, puedes utilizar dentífricos y colutorios específicos que tienen una acción protectora y desensibilizante.

La gingivitis se produce principalmente por la acumulación de placa bacteriana debido a una higiene bucal insuficiente. Es importante tratarla mediante dentífricos y colutorios a base de activos antimicrobianos para evitar su evolución a patologías más graves, como la periodontitis.

Existen personas más propensas que otras a padecer mal aliento. De forma general, puede evitarse cepillando los dientes después de cada comida; en el caso de algunas personas más propensas a padecer halitosis es aconsejable el uso de dentífricos que contienen activos antisépticos y que además incorporan mentol o eucaliptol de intenso efecto desodorante. También podrían utilizarse chicles, sprays, cápsulas o comprimidos especialmente indicados para el mal aliento.

Antes de terminar el post de esta semana, queremos recordar que la consulta anual al odontólogo es fundamental para mantener la salud bucal.Es conveniente acudir al dentista una o dos veces al año para realizar una limpieza exhaustiva que te permita eliminar el sarro. Los niños deben realizar su primera visita alrededor de los dos años, cuando hayan salido casi todos los dientes de leche.

Recuerda que mantener tu salud pasa por un buen cuidado bucodental.

Feliz semana a tod@s!



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