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miércoles, 25 de junio de 2014

Este verano... stop picaduras!!

Con el comienzo del verano, el mosquito tigre y la mosca negra acompañan a los habituales mosquitos, abejas, avispas y tábanos. Y en la playa, las medusas son las protagonistas, debido a la menor presencia de depredadores en alta mar y a la elevada temperatura del agua del océano que, por falta de lluvias, no se enfría lo suficiente.

En el post de esta semana os hablamos de cómo evitar estos tipos de picaduras y qué pasos seguir cuando ésta ya se ha producido.

- Picaduras de medusa:
Las medusas presentan células urticantes que contienen veneno en su interior, el cual es liberado para defenderse de algún peligro o para capturar presas. Es por ello que la mayoría de las picaduras de medusa aparecen por contacto accidental con las medusas en el baño, al ser pisadas o al ser manipuladas por los niños.

Aunque existen ciertas excepciones, las picaduras de las medusas no suelen ser graves (la gravedad suele estar relacionada con la especie). El contacto con medusas, vivas, muertas o con restos de ellas se caracteriza por dolor y/o picor intenso e inmediato en la zona afectada, apareciendo generalmente reacciones locales con enrojecimiento, inflamación y vesículas pequeñas. De forma rara pueden aparecer otros síntomas de carácter general como náuseas, vómitos y calambres musculares. Los casos más graves pueden presentar pérdida de conciencia con el consecuente riesgo de ahogarse.

Tras sufrir una picadura de medusa es aconsejable realizar las siguientes pautas:
Limpiar la zona afectada.
§  No frotar dicha zona, ni con arena ni con la toalla ni con nada que pueda aumentar la lesión.
§  Usar siempre agua salada para dicha limpieza, no limpiar la zona afectada con agua dulce.
§  Durante 15 minutos aplicar frío sobre la zona afectada usando una bolsa de plástico que contenga hielo o los geles específicos de frío/calor que existen en farmacias. Nunca aplicar hielo directamente a no ser que sea de agua marina.
§  Si hay algún resto de tentáculo adherido a la piel, se deben quitar de forma suave, pero sin tocar la zona afectada con las manos, sino haciendo uso de unas pinzas.
§  Podemos aplicar un antihistamínico para calmar la reacción de la zona inflamada.
§  Si el dolor es muy intenso o el estado de la persona empeora progresivamente, deberá acudir de inmediato a un centro médico.

- Picaduras de insectos:
Las moscas, mosquitos y tábanos son insectos hematófagos: succionan sangre, inyectando una secreción de saliva que provoca picor. Entre estos insectos habituales se encuentran los conocidos mosquitos tigre y moscas negras.
Las abejas, avispas, abejorros y hormigas son insectos de la familia de los himenópteros. Sus picaduras producen reacción local, dolor e inflamación. Este tipo de insectos pica con más facilidad a las personas que se mueven constantemente, a las que se perfuman (ya que les atraen determinados olores), y a las que se visten o llevan puesta ropa de colores vivos.

Las moscas, mosquitos y tábanos pican en las zonas descubiertas del cuerpo, por lo que de forma preventiva, se recomienda el uso de camisas y pantalones de manga larga a partir del atardecer y aplicar repelentes o insecticidas en los lugares donde haya muchos insectos.
El efecto de un repelente depende de su concentración. Si es  necesario aplicar protector solar y repelente, la crema solar debe aplicarse en primer lugar, y posteriormente el repelente.

Nuestra recomendación:

La presencia de mosquitos es más frecuente en verano y en épocas calurosas, en zonas húmedas y en climas cálidos, tropicales y subtropicales. La mayoría de mosquitos en nuestro entorno no presentan ningún riesgo significativo para nuestra salud, sin embargo generan molestias que afectan directamente a nuestra calidad de vida. Para combatirlos, Isdin cuenta con una gama de productos repelentes de insectos.



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AntiMosquitos Isdin XTREM está especialmente indicado para los viajes a zonas tropicales y subtropicales, así como en zonas con plagas de mosquitos. Contiene la sustancia activa repelente de mosquitos IR 3535, con un excelente perfil de eficacia y seguridad, combinando unas excelentes propiedades cosméticas.
Por otra parte, MosquiBand Isdin Intense es una pulsera antimosquitos aromática, impregnada con ingredientes naturales a base de geraniol, que desprende un halo de intenso olor y ahuyenta a los mosquitos. Resistente al agua y apta para viajar, constituye un complemento a los repelentes de insectos AntiMosquitos Isdin.
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No dejes que te piquen este verano!!

miércoles, 7 de mayo de 2014

Esa tortura primaveral llamada alergia

Tan deseada por unos y tan odiada por otros… llegó la primavera, lo que para unos supone la subida de las temperaturas, más horas de luz, el rebrote de la naturaleza y el deseo de permanecer más tiempo al aire libre.
Sin embargo, en estas fechas, muchos de nosotros comenzamos a padecer síntomas que, por desgracia, ya nos empiezan a resultar familiares: la alergia. En primavera florecen muchas de las plantas que pueden causar alergia y es cuando el viento transporta el polen y se concentra en el aire.
Diversos estudios epidemiológicos realizados en Europa han ido demostrando un progresivo y sorprendente incremento en su prevalencia, de hasta un 20% en la actualidad. Los principales factores que se barajan como causa de este aumento son la falta de exposición a gérmenes durante la temprana infancia (hipótesis de la higiene), la contaminación o el cambio climático.
En el post de esta semana explicaremos un poco más acerca de cómo se desarrolla este proceso, y qué debemos hacer para reducir su impacto en nuestra vida diaria.

La alergia es una serie de reacciones adversas que experimenta nuestro sistema inmune hacia determinadas sustancias denominadas alergenos, que generalmente son inocuas y en la mayoría de personas no causan ningún tipo de reacción. En nuestra vida cotidiana estamos rodeados de este tipo de sustancias.
Así, la alergia es una reacción exagerada del organismo ante una sustancia que él percibe como un agente nocivo. Se trata de una patología muy molesta que además puede producir irritabilidad, alteraciones en el sueño y afectación de la vida social y laboral.
A pesar de que nuestro sistema inmunológico está preparado para activarse cuando detecta agentes extraños, ocasionalmente este sistema de defensa considera a algunos agentes externos dañinos para el organismo aunque éstos no sean realmente peligrosos y es al entrar en contacto con ellos cuando se produce una respuesta que es la que causa los síntomas de la alergia. Las sustancias más frecuentes son el polen, el polvo o algunos medicamentos, entre otras. Durante la estación primaveral abundan los casos de alergia al polen porque, como hemos indicado anteriormente,  se trata de la época del año en la que las plantas lo producen y lo esparcen a la atmósfera.
Fundamentalmente, el riesgo de desarrollar la enfermedad viene dado por la conjunción de factores genéticos (disposición atópica heredada) y ambientales (una exposición a pólenes alergénicos). Las plantas que generan la mayoría de pólenes alérgicos son el ciprés, el platanero de sombra, el olivo y las gramíneas.

La alergia primaveral suele llegar acompañada de una serie de incómodos síntomas que deben ser vigilados, sobre todo en casos de asma. Es frecuente que se detecte picor en la nariz o en los ojos, moqueo con congestión nasal, tos en golpes o tras haber realizado un esfuerzo, pitos al respirar, cansancio tras llevar a cabo ejercicios moderados, ahogo, enrojecimiento, lagrimeo o molestias a la luz. Es aconsejable que si se detectan uno o más de estos síntomas, acudas a tu médico de familia o pediatra.
Cuando aparece esta sintomatología rinoconjuntival y/o bronquial, principalmente durante los días soleados, con mejoría los días de lluvia y empeoramiento cuando hay viento (especialmente si permanece en espacios abiertos), es muy probable que sufras una polinosis, más conocida como fiebre del heno, sobre todo si los síntomas se repiten siempre en la misma época del año.
Es importante saber que los síntomas no aparecen la primera vez que el individuo entra en contacto con el alérgeno, sino que es necesaria una exposición continuada al mismo para que el organismo empiece a considerarla como una sustancia extraña y genere una respuesta defensiva.
Los síntomas de alergia pueden aparecer a cualquier edad, aunque el inicio suele ser más frecuente en la infancia y en la juventud. Una vez que aparecen los primeros síntomas clínicos, éstos tienden a persistir indefinidamente en el tiempo, e incluso a agravarse (alrededor de un 45% de los pacientes puede terminar desarrollando asma bronquial).
 No obstante, un pequeño porcentaje de pacientes puede presentar remisiones de la sintomatología espontáneas. La severidad de las manifestaciones clínicas depende de la cantidad de polen liberado y de la exposición del paciente a él durante la estación polínica específica: es por ello que suele variar de año en año.
La buena noticia es que la mayoría de los pacientes, especialmente a partir de la cuarta o quinta década de la vida, van experimentando una lenta remisión de los síntomas, aunque tampoco se produce en todos los casos.

La prevención es esencial para disminuir los efectos de la alergia al polen, para lo cual debes seguir algunas pautas sencillas:
- Ante la sospecha de alergia, acudir al especialista para que mediante las correspondientes pruebas nos permita conocer cuáles son los pólenes que nos afectan y sus épocas de polinización para poder disminuir la exposición.
- Ducharse y cambiarse de ropa al llegar a casa. Procurar no tender la ropa en el exterior, sobre todo los días de recuentos altos, ya que los granos de polen pueden quedar atrapados en los tejidos.
- Se recomienda ser especialmente cuidadosos con la limpieza de la casa y eliminar los elementos que acumulen polvo o polen como alfombras o muñecos de peluche.
- Viajar en coche con las ventanillas cerradas.
- Evitar actividades que puedan remover partículas de polen: cortar el césped, barrer la terraza, etc.
- En caso de alergia al polen de gramíneas, no es recomendable tumbarse sobre el césped.
- Permanecer el mayor tiempo posible dentro de casa durante los días de mayores concentraciones de pólenes, especialmente los días de viento.
- No dormir cerca de fuentes de pólenes alergénicos (árboles o plantas). Si se tiene jardín, evitar tener plantas que polinicen por el aire.
- Se deben evitar los ambientes contaminados y protegerse de las infecciones respiratorias que pueden provocar una crisis.
- Pulverizar la casa con agua puede servirte como truco para antes de dormir. Pulveriza agua en tu dormitorio para que los pólenes que hayan entrado durante el día se depositen y dejen de flotar en el aire.
- Aprovechar la noche y las primeras horas del día: El polen solo se libera durante el día por lo que cuando cae el sol y las primeras horas del día son el mejor momento para salir a la calle.
-Es altamente aconsejable seguir siempre los tratamientos prescritos por el médico y acudir a los controles rutinarios. También se recomienda mantenerse informado del calendario de polinización y los recuentos polínicos que las instituciones ponen a nuestra disposición.

El alergólogo deberá instaurar un tratamiento médico para reducir y controlar la aparición de la sintomatología. Entre los productos eficaces para sobrellevar la alergia podemos encontrar:
- Las soluciones salinas son de gran ayuda para limpiar las fosas nasales después de haber estado en contacto con el alérgenos.
-El uso de lágrimas artificiales humectantes y lubrificantes puede ayudar a disminuir la sensación de fatiga ocular.
- Tratamiento sintomático (corticoides, antihistamínicos, etc.) durante el período de polinización que curse con síntomas. Este tratamiento no cura la enfermedad, simplemente alivia los síntomas. Existen algunas presentaciones que pueden dispensarse sin receta médica.
-  Inmunoterapia (vacunación personalizada) para disminuir el grado de alergia a los pólenes responsables, y de esta manera disminuir o incluso llegar a eliminar la necesidad de medicación sintomática. La vacuna previene la evolución de la sintomatología hacia el asma bronquial. Este tratamiento sí es parcialmente curativo, pudiéndose discontinuar en la mayoría de los casos al cabo de los 3-5 años. La OMS reconoce la inmunoterapia como el único tratamiento que puede alterar el curso natural de las enfermedades alérgicas.

Finalizamos el post recordando que es muy importante cumplir el tratamiento completo y no automedicarse.

Si tienes alguna duda o necesitas más información, no dudes en preguntarnos, dejando tu comentario o poniéndote en contacto con nosotros.