miércoles, 5 de marzo de 2014

Infecciones vaginales: ¿cómo evitar la candidiasis?

Tener una infección vaginal es más común de lo que pensamos, y las causas y síntomas son diversos: no todas las infecciones vaginales se transmiten sexualmente, no todas presentan síntomas y a veces se pueden presentar algunos síntomas sin tener ninguna infección.

Aprende a identificar cuando algo diferente ocurre en tu vagina, leyendo nuestro post de esta semana ;)

La vagina está protegida por un conjunto de microorganismos, cuya función es mantener el nivel de acidez adecuado y evitar la colonización de gérmenes patógenos externos. La vagina también segrega un flujo que interviene en la prevención de las infecciones y al mismo tiempo mantiene el tejido sano.
El aspecto de este flujo vaginal es variable y está relacionado con las diferentes etapas del flujo menstrual: dependiendo del momento del ciclo menstrual en el que te encuentres, es normal que tu vagina produzca cierta cantidad de flujo que debe ser transparente o ligeramente blanco, no debe causar dolor y no debe tener olor. La textura y abundancia del flujo cambiará si estás a mitad, inicio o final de tu ciclo. Cuando se acerca la menstruación, el flujo más oscuro y una vez terminada se hace más escaso para ir aumentando en cantidad y viscosidad hasta la siguiente regla. En las mujeres embarazadas el flujo también aumenta de forma natural.
Sin embargo, este equilibrio puede verse modificado por diferentes causas, como veremos más adelante.

En general, las causas más comunes de vaginitis son la vaginosis bacteriana, candidiasis y tricomoniasis. Los síntomas generales se manifiestan como picor, escozor, inflamación, secreciones vaginales espesas y blanquecinas o dolor al orinar.

No obstante, podemos diferencias seis clases de infección vaginal más comunes:
- Candidiasis: Normalmente no se transmite vía sexual. Presenta un flujo espeso, blanco con consistencia de queso cottage, inflamación de vagina y vulva, comezón y enrojecimiento.
- Infección bacteriana: Es la clase de infección más común para mujeres en edad reproductiva, no se transmite sexualmente y el 50% de las mujeres que la tienen no presentan sus síntomas: flujo blanco o incoloro, con olor a pescado y que aumenta después de tener relaciones sexuales, dolor al orinar, comezón y dolor en la vagina.
- Tricomoniasis: Se transmite sexualmente y sus síntomas son un flujo amarillento o verdoso, con muy mal olor, comezón y dolor de la vagina y vulva, ardor al orinar y dolor en el abdomen bajo o en la vagina durante las relaciones sexuales.
- Clamidia: De transmisión sexual, es más común en mujeres que tienen entre 18 y 35 años de edad. Se presenta con  sangrado ligero, especialmente después de tener relaciones sexuales, dolor en el abdomen y pelvis.
- Infección viral: puede ser por herpes (presentando lesiones o llagas) o por el virus del papiloma humano (en forma de verrugas).
- Vaginitis no infecciosa: comezón, ardor e incluso un flujo anormal sin tener una infección. La causa más común es una reacción alérgica a ciertos productos como el látex de los preservativos, irritaciones por sustancias comunes en productos de higiene, etc. También puede deberse a la atrofia del tejido vaginal tras la menopausia: las hormonas disminuyen y el tejido es más fino y sensible.

Tras este resumen general de las infecciones vaginales, pasaremos a hablar un poquito más de la candidiasis, por ser la más frecuente, ya que mayoría de las infecciones vaginales son causadas por un hongo llamado Candida albicans, de ahí el nombre candidiasis.
Este hongo se encuentra de forma benigna en la piel humana y en las zonas de humedad, tales como la boca y la vagina. Se estima que Candida albicans está presente en un 20-50% del área vaginal de mujeres sanas.
El microorganismo puede encontrarse en la vagina o incluso en la boca o el ano. Los lactobacilos que conforman la flora vaginal impiden la proliferación excesiva de estos hongos, pero existen situaciones que alteran esta flora vaginal normal y favorecen su colonización, por ejemplo: los tratamientos con antibióticos, la disminución de las defensas debido al estrés o el embarazo, la diabetes o la toma de  anticonceptivos orales.
Una candidiasis no es una enfermedad de transmisión sexual; sin embargo, algunos hombres presentarán síntomas como prurito y erupción en el pene después de tener contacto sexual con una compañera infectada.

Aunque existen productos de libre dispensación para el tratamiento de las infecciones vaginales, en forma de óvulos que se introducen en la vagina o cremas tópicas, que alivian los síntomas y combaten al agente causante de la enfermedad, es preciso consultar con el médico o farmacéutico y no automedicarse. Es importante tener en cuenta que hay síntomas comunes a distintas afecciones y es necesario un diagnóstico preciso: si los síntomas se deben a una enfermedad de transmisión sexual, un tratamiento inadecuado o tardío puede traer consecuencias importantes porque la infección podría extenderse al útero y las trompas de Falopio.
Como hemos explicado anteriormente, la candidiasis no es una infección de transmisión sexual y no tiene porqué contagiarse mediante contacto sexual en todos los casos, pero es cierto que puede suceder en algunas ocasiones. Por este motivo, es recomendable no mantener relaciones mientras se manifiestan los síntomas o bien utilizar preservativo. En casos de infecciones recurrentes se aconseja un tratamiento a los dos miembros de la pareja, para evitar reinfecciones. Además, para favorecer la curación se aconseja utilizar jabones íntimos y evitar dietas ricas en azúcar (los hongos se “alimentan” de estos hidratos de carbono) y ropa interior sintética.

Para terminar, os dejamos algunos consejos para prevenir las infecciones vaginales:
- Utilizar un jabón con Ph neutro para la higiene intima es una forma de evitar infecciones. No debes lavar en exceso la zona genital, ya que se altera su flora vaginal normal. Aconsejamos usar toallas higiénicas y protectores diarios sin perfumes, ya que éstos pueden irritar la zona vaginal y aumentar la predisposición a contraer una infección vaginal. También se debe evitar el uso de papel higiénico de colores y perfumes ya que los químicos o colorantes pueden generar infecciones vaginales.
- Recomendamos no usar piercings en la zona vaginal ya que favorecen la aparición de infecciones.
- Después de tener relaciones sexuales, se aconseja orinar para prevenir las infecciones vaginales, ya que se eliminan bacterias.
- El uso de ropa interior de algodón reduce la posibilidad de contraer hongos en la zona genital. Evita el uso de ropa muy ajustada para que no se eleve demasiado la temperatura y puedan aparecer hongos.
- No tomes duchas vaginales. Si bien muchas mujeres se sienten más limpias si toman duchas vaginales después de la menstruación o relación sexual, esto puede empeorar el flujo vaginal puesto que elimina también bacterias beneficiosas que recubren la vagina y que están allí para protegerla de posibles infecciones.
- Si tienes diabetes, mantén un buen control de los niveles de azúcar en la sangre.
- Lávate las manos antes y después de ir al baño, prestando especial atención al utilizar el papel higiénico para no contaminar la vulva con bacterias procedentes del recto.
- No permanezcas con el bañador mojado: la humedad favorece la proliferación de hongos.
- También puedes usar probióticos: microorganismos vivos que están presentes de forma natural en el tracto digestivo y la vagina, conocidos como “bacterias amigables”, pueden detener el crecimiento de organismos potencialmente dañinos, tales como la Candida, al reequilibrar la flora vaginal. Las cepas más eficaces para combatir estas candidiasis son Lactobacillus acidophilus, Lactobacillus rhamnosus GR-1, y Lactobacillus fermentum RC-14. En nuestra farmacia puedes encontrarlos en distintos formatos: tampones, comprimidos, óvulos, etc. No dudes en consultarnos!

No queremos terminar el post de este miércoles sin recordar la importancia de utilizar preservativo en las relaciones sexuales para protegerse de las enfermedades de transmisión sexual. De igual manera, es muy importante que consultéis con vuestro médico o farmacéutico ante cualquier cambio en la cantidad, olor o color del flujo vaginal, o si se presentan picores, irritación o hinchazón en la zona.

Feliz semana a tod@s!

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